La mitad del socialismo andaluz ha quedado petrificado
como Niobe ante el anuncio del colapso griñanista. Oiremos interminables
palinodias ante el enemigo caído, mientras indoctos jefes de escuadra, ruidosos
como los calderos de Dodona, pondrán ojitos a las cámaras y loarán la figura y
talla política del dux menguante. Los mismos que, practicantes de la
mortificación ajena, perorarán sin freno, sin medida, sin sentido, sobre las copiosas
y exuberantes virtudes de está nueva Cleopatra sevillana que se las habrá de
ver y entender con sus propios Julio César y Marco Antonio. La nueva faraona
del progresismo andaluz traerá bajo el brazo no un pan, sino un plan,
majestuoso a buen seguro, con el que sujetar al “dómito” Valderas.
Hoy ha dicho Pepe que Susana será "la primera
presidenta de la Junta y será socialista". Yo he recordado cuando Pepe, en
los humorísticos tiempos del zapaterismo, decía aquello de “llamadme Presidenta”.
Pero a lo que iba, Susana afirmaba hace unos días que su elección no gustaba a
la derecha, que se habían llevado un disgusto, porque ella representaba los
valores sociales -no sé lo que opinarán de esto Planas y compañía- y cacareaba
que será la “presidenta de los alcaldes”. ¡Humm! Lío con las Diputaciones habemus.
Hoy, como en un anuncio de Cruzcampo, decía "necesito en este nuevo tiempo
el talento, el sentimiento, el compromiso, la fuerza del sur”. ¡Olé!, ¡qué esté
fresquita esa caña!
La que será nueva capitana del galeón andaluz pilotará
sobre la “marea de ilusión, de fuerza, ganas y talento” socialista, aunque hoy
ha sufrido un “choque de sensaciones y sentimientos” -no ha llegado a
lipotimia- al escuchar el anuncio de la despedida de nuestro Pepe. Quizá sea un
presagio…
Susana representa exactamente aquello que la gente quiere
desterrar de la política; representa a quienes sin oficio pero con beneficio
medran en el fangal de la cosa pública. Su biografía laboral, pregonada por
toda la prensa, no deja lugar a dudas. Tampoco parece, siempre según la prensa,
que en las batallas internas del PSOE haya mostrado más escrúpulo que la
limpiadora de “El exorcista”. Hay quien la ha denominado, en afortunada expresión,
la alpinista
de Triana.
No se yo si habrá o no bicefalia, puesto que hay un
solo sombrero, pero lo que si hay es desmembramiento, o al menos rotura de
ligamentos, como ya pasó con la marcha de Chaves. Por segunda vez tendremos los
andaluces un presidente que no ha sido elegido por nosotros. Sí, amigos y
amigas, es la fiesta de la democracia.
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