Están dos amigos jugando al golf. Uno de ellos se prepara para pegar a la bola con un hierro siete. El tío mira a la bola y al green, a la bola y al green, ajusta un poco las piernas, mira a la bola y al green... Cuando ya esta a punto de tirar, una comitiva fúnebre pasa por una carretera cercana.
Al verlo, el golfista, muy respetuoso, se deja de preparar, se pone tieso, se quita la gorra y mira hacia abajo. Cuando ha pasado la comitiva, el tío se vuelve a poner la gorra y se prepara de nuevo para atizar a la bola. Su amigo, alucinado, le dice:
- Caray, tú, me has dejado impresionado. Ya no se ve gente así. Hay que ver, qué deferencia, qué respeto por los difuntos, que clase tienes.
- Es lo menos que podia hacer despues de 30 años de matrimonio
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