¿Qué es la agonía? A esta pregunta se dedica la película. Agonía de una profesión y de sus gentes, agonía de un modo de ver la vida, que se extingue. El anacronismo que supone el cómico de la legua en la época de la expansión del cine; esa genuina lucha por la vida que es no comer si uno no trabaja un día; esa, en fin, agónica falta de espacio para una profesión que muere de muerte natural.
La tristeza y el hambre que refleja la película tienen el telón de fondo de la posguerra y de la meseta castellana, espléndidamente fotografiada por José Luis Alcaine. Destacaría la profunda humanidad que transmite. La crudeza que nos muestra nos enfría el corazón. Y sin embargo, simultáneamente, nos ofrece una esperanza, una ilusión permanente; la del día a día.