He leído hoy en “Público” un pequeño informe “21 ideas inspiradas en el 15M” que me ha dejado un poco alucinado. He de decir que de la mayoría de las citadas no he oído ni leído una palabra en televisión ni prensa. En el artículo se repite en varias ocasiones, para identificar bien la pertenencia geográfica, que esto ha sido propuesto con anterioridad por la izquierda minoritaria.
Pero alucinante de verdad son algunos comentarios de la gente en el periódico. Algunas propuestas parecen hechas por mis hijos, que tienen once años. Veamos algunos ejemplos de la “spanish revolution”: que los mandatos políticos duren un año, como en las asociaciones de vecinos, que los sueldos sean de 1200 euros (con 14 pagas), y que las listas se confeccionen con desempleados; en varias ocasiones aparece el comentario de que el partido político que asuma estos principios sería el más votado. Lo dudo. He visto comentarios que culpan a la “derechista” Revolución Francesa de los males que nos aquejan con el asunto de la representación; a los “medios de persuasión burgueses” de la creación de la opinión pública; la petición de que se reparta el trabajo reduciendo la jornada hasta que el desempleo baje del 5%, jornada laboral de 30 horas semanales, prohibición de horas extraordinarias, jubilación a los 60 años; que la vivienda sea pública; introducción de la medicina natural y alternativa en el ámbito académico; no a la prohibición de algunas plantas medicinales (jaja…); libertad a la hora de recibir vacunación… No me digáis que esto no se va pareciendo a aquella paródica asamblea que hacían en “La vida de Brian”. Hay más: igualdad real y efectiva en el ejercicio y disfrute de todos los derechos sexuales, sociales, laborales, políticos, civiles y económicos para todas las mujeres, personas trans, intersexuales y hombres. Confieso mi ignorancia, pero ¿alguien me puede explicar que es ser intersexual?
Más, más: “democracia no puede ser que nos gobierne un partido por la razón de que haya obtenido un número de votos mayor que otros partidos”. Me descojono.
Que los votos en blanco se contabilicen como escaños vacíos; “voto negativo”, o sea, “no me gusta ninguno, pero este del bigotillo o este del traje nuevo, ni agua”. Acaba de sonar un “crack” en mi bragueta.
Uno que será catedrático de Finanzas propone prohibir cotizar en la Bolsa de Madrid y el IBEX 35 a las empresas con filiales en paraísos fiscales.
Se habla mucho contra la Iglesia, contra la Corona y contra la dictadura capitalista. Muchas de las cosas que se piden “revolucionariamente” son muy, muy antiguas: están sacadas de Lenin, Trotski, Mao y, joder, hasta de Dani “el rojo”.
El artículo de “Publico” tiene 200 y pico comentarios; he sido capaz de leer unos 120, pero ya no puedo más. Lo único que me queda claro es que quieren más Estado. Y también, si leéis el artículo, que los revolucionarios además de indignarse y participar en asambleas no tienen ninguna otra cuestión que atender.