Me viene ocurriendo una cosa desde hace ya algunos
años. Es lo siguiente: me pone de muy mala leche que cuando algunos llegan al
poder creen que éste es algo parecido al mando cuartelero. Es inaceptable que
aparezca por ejemplo una María Dolores de Cospedal con la carajada de que hay “grave
ignorancia” en los abucheos al PP, a propósito de la manifestación contra el directo
de izquierda europeo al mentón de la doctrina Parot. Cuando gobernaba Zapatero,
de infausto recuerdo, he citado muchas veces aquella frase de Lichtemberg que
decía que “hay ineptos entusiastas. Gente muy peligrosa”. Zapatero, el hijo del
viento, fue barrido por los vientos de la historia, pero la frase aún tiene
pleno sentido.
Me gustaría que llegara el día en que los partidos políticos y
los que viven muellemente dentro de ellos copando cargos orgánicos e
institucionales a un tiempo –cosa que espero que algún día alguien me explique-
dejaran de jugar con cosas tan dolorosas como ésta, de hecho me gustaría que
dejaran de jugar. Por que a eso se dedican, a jugar; a jugar al bingo
electoral.
Soy de los que sostienen que es canallesco que
alguien que ha matado, asesinado, a 24 personas sólo cumpla 26 años de condena.
Disculpadme que coloque una segunda cita, pero ya dijo Mencken, y veréis que
viene aquí como pollita al culo –soy andaluz para lo malo, para lo bueno y para
lo mejor- que “la injusticia es soportable; lo que mata es la justicia”. Si yo hubiera
asistido a esa manifestación hubiera abucheado a todo aquel que llevara en sí el
más leve aroma parlamentario. Porque es, una vez más, la terrorífica indolencia
de nuestros parlamentarios la que también da lugar a este revolcón jurídico. No,
no voy a realizar un post de contenido técnico jurídico porque no es esa la
razón de mi vida profesional, y porque doctores tiene la iglesia, aunque a
veces, dependiendo del doctor y de la iglesia recomiendo la automedicación, sin
más.
En fin, que este asuntillo de la sentencia del
Tribunal de Estrasburgo a mucha gente nos ha generado más mala leche que la que
tiene un marrano recien capao; y no creo que ayude a superar, ni siquiera a
mejorar, ese estado de cosas que esta clase política, toda ella, a la que vemos
más en la puerta del juzgado que en la puerta del Parlamento, venga a remover más
la basura que ellos han contribuido a crear. Que hayan abucheado o se hayan
ciscado en la madre de un vicesecretario general del Partido Popular va en el
sueldo, y punto. No es antidemocrático, no revela ignorancia, al menos no más
de la que nos demuestra cotidianamente María Dolores de Cospedal en su quehacer
político diario. ¿Qué clase de país hemos hecho que nos permite abuchear a un árbitro,
a un cantante o a un torero, pero si abucheas a un político estás contra la
democracia? Cada día me parece más un país de tontos; con diferentes banderas,
pero tontos; con distintas aspiraciones, pero tontos.
Sin comentarios, esta todo dicho aqui.
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