15 julio 2012

De polvos y lodos.

Es lo que tiene vivir en una sociedad hipotecada; el banco, ya se sabe, siempre cobra. Y para poder pagar tenemos que seguir pidiendo prestado. Yo no tengo claro si las medidas del gobierno servirán para algo, y creo además que pecan de injusticia en muchos casos; lo que parece evidente es que esas medidas no dejan de ser el cumplimiento de las órdenes que nos dan quienes nos prestan el dinero.

Es para ponerse de muy mala leche que aquella gente que nos ha traído hasta aquí se arrogue el poder de sacarnos del lío. La falta de control, del Banco de España, de la CNMV, del Tribunal de Cuentas o de los sucesivos ministerios económicos, durante años ha permitido que muchos ciudadanos tengan ahora hipotecas que no pueden pagar; hipotecas que nos permitían no sólo adquirir una vivienda, sino también los muebles y un BMW, y con lo que nos sobraba unas vacaciones.

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